Lugares encantados de la Argentina: Villa Ventana (Artículo del diario Clarín)
Estimados, comparto con ustedes una nota sobre Villa Ventana que salió publicada en el diario Clarín de hoy domingo.
Villa Ventana / Pcia. de Buenos aires
Una pintoresca aldea de Sierra de la Ventana, con arroyos, casas de madera, jardines y arboladas calles en galería.
Plantada cara a cara ante el epicentro de los pliegues y aldeas de la Comarca Turística Sierra de la Ventana, Villa Ventana es el mirador privilegiado, el eslabón mejor acomodado a los pies del cerro Ventana.
La discreta urbanización es punto de partida de turistas que orientan sus pasos hacia el agujero natural de 5 m de ancho, 8 m de alto y 10 m de profundidad, perforado por la erosión del viento y el agua a 1.134 m de altura.
Pero Villa Ventana consigue repartir el interés con sus calles enripiadas, desniveladas por el macizo aquietado hace 260 millones de años. A falta de ruidos molestos, el trino de los pájaros corteja el paso de autos y peatones. En la Oficina de Turismo, el plano que entrega Lorena Manieri -nieta de Salvador Salerno, fundador de la Villa en 1947- precisa la variedad de aves que cargan el ambiente de melodías: para unir los extremos norte y sur de la traza -desde la calle Benteveo hasta Golondrina-, hay que atravesar Paloma, Piquito de oro, Gorrión, Chingolo, Martín pescador, Tacuarita, Churrinche, Cabecita negra y otros diez senderos techados por los árboles que dan cuenta de la profusión de pájaros.
Aquí, los casi 900 pobladores, los turistas y los pájaros se mueven con pereza, quizás subyugados por los jardines que colorean las casas de troncos y arrullados por los otros sonidos detectables bajo el collar de cerros, los que despiden el viento -habituado a hacerse notar como una tímida brisa- y los arroyos abrazados a las piedras de sus lechos.
Uno de esos viboreantes hilos de agua cristalina, el arroyo Belisario, rumbea hacia los despojos del imponente Club Hotel, un lujoso imán para los aristócratas, que prestó servicio para hospedarse y jugar fuerte en el casino entre 1911 y 1917. Con el freno a las salas de juegos en todo el país, el gigante de 6 mil m cuadrados con canchas de tenis y golf, capilla y tren de trocha angosta entró en una pendiente irreversible. Reabrió en 1944 para cobijar a 350 marinos del acorazado alemán Graf Spee y volvió a hundirse en el abandono en 1946, hasta que un incendio lo redujo a escombros y cenizas en 1983.
A mitad de camino hacia ese icono silenciado, en Casa de Muñecas -uno de los 12 talleres artesanales de Villa Ventana-, Jorge Bottaro y Silvia Díaz inducen a compartir sus momentos de gloria: "Nos hacen felices las caras de los chicos frente a nuestras muñecas de cerámica y la panorámica despejada de los cerros Napostá, Tres Picos y Ventana". Mientras dejan fluir la emoción, el collar serrano está ahí, amplio y seductor, delicadamente envuelto en pastizal pampeano.
La población es de 900 personas.
Nota: la imagen que ilustra este post corresponde a la Fuente del Bautismo ubicada en Villa Ventana, y fue tomada por el amigo Leonardo "Lelo" Beli. La foto aparece publicada originalmente en su sitio web Fuentedelbautismo.com.
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