27 diciembre 2008

Mafiosas... (Enviada, desde Carhué, por Pablo Dalinger)


“(La fotografía) está tomada en 2007, en el campo de golf de Sierra de la Ventana. En realidad, al principio no eran tres las lechuzas, sólo había una posada. A medida que me fui acercando se fueron agregando las otras, como si estuvieran celosas de la primera. Nunca se volaron, sencillamente dejé de tomarles fotos porque ya era suficiente con la sesión”.

Las palabras pertenecen a Pablo Dalinger, autor de esta bella postal serrana. Y testigo ocasional de una reunión con, parece, atisbos de futura cacería.

23 diciembre 2008

Algo de Sierra en las noticias...


En InfoCielo, la inseguridad en el pueblo:


Comisario ya no sabe que hacer para frenar ola de robos

La ola de robos en la localidad de Sierra de la Ventana es inédita, y motivó que el comisario del lugar aceptara que no lo pueden resolver a pesar de haber hecho todos los esfuerzos.

En las últimas 48 horas fueron denunciaros hurtos de electrodomésticos, ropa y dinero en efectivo, mayoritariamente en viviendas que se utilizan los fines de semana.

En declaraciones radiales, el titular de la dependencia serrana, Luján Avondet, dijo que “es algo insólito lo que pasa”, sobre todo porque la mayoría de los hechos se dieron desde que él se hizo cargo de la seccional, “como si alguien buscara algo”.

“Mas empeño del que se pone no se puede pedir, hemos sumado gente y se nota una gran predisposición del personal, además de recibir refuerzos de otras dependencias de la zona”, sostuvo.

Además destacó que llama la atención que los delincuentes ingresan a las viviendas “utilizando una fuerza mínima, lo que sólo se explica en el caso de que tengan llave o de que sus moradores dejen mal cerradas las puertas y ventanas”.

“Agregamos rondines, a los que les cambiamos el horario y los lugares para que los delincuentes no puedan hacer tareas de inteligencia, pero aparentemente no da resultado y nada ayuda”, aseveró.De todos modos, el teniente Primero pidió a la gente “que siga apostando a la buena voluntad de la policía”.


En Télam, el padre del “Corcho” y el “Tapa” Masetti:


La Cooperativa Eléctrica de Sierra de la Ventana inauguró el lunes una nueva línea aérea de media tensión de 33 kilowats, que une esa localidad con Saldungaray, y en la que se invirtieron 500 mil pesos para mejorar la calidad del servicio entre estas dos localidades.

El presidente de la Cooperativa Eléctrica local, Hugo Massetti, informó que la nueva línea de transmisión de energía comenzará a funcionar a partir del próximo 29 de diciembre.

El nuevo tendido troncal se extiende desde la subestación de la Empresa Distribuidora Energía Sur (EDES), en Saldungaray, hasta Sierra de la Ventana, con la ventaja de que si por algún motivo se produce un corte de suministro se podrá reponer de inmediato con el segundo tendido, explicó Massetti.

El directivo añadió al respecto que "la conclusión del tendido permitirá triplicar la capacidad de transporte de la línea anterior, ya que la nueva está preparada para trabajar en un futuro con otro nivel de tensión".



09 diciembre 2008

Vendo un cerro: Tratar aquí...


“El Cerro Ceferino, también conocido como ‘Cerro del Amor’ y ‘Cerro de la Cruz’ continuará exhibiendo su credencial de silencioso custodio de la localidad serrana. Sus faldas habrán perdido el amarillo intenso de los girasoles de abril. En su lugar germinarán nuevas casitas que tal vez señalen mejor el camino de los Reyes Magos en la noche del 5 de enero...”. (Para ampliar, haga clic en la imagen superior)

No. No es una broma. Lo que se lee arriba no es más que un arrebato de dudosa calidad poética mediante el cual una inmobiliaria justifica la comercialización de lotes en el cerro Ceferino.

Desterremos el girasol. Que viva el cemento. Cuidado, Reyes Magos: al descender de la elevación ahora los espera un barrio exclusivo. Puede que haya tránsito. También, niños que tendrán la fortuna de verlos en vivo y en directo antes que el resto del pueblo, que como hace años estará reunido en la avenida Roca.

Habrá regalos que serán entregados por adelantado...

Hace algunas semanas, una fuente informó a Ríos de roca y madera sobre la salvaje urbanización que evidencia uno de los lugares más emblemáticos de Villa La Arcadia. Proceso que, como es de suponer, cuenta con el aval del gobierno municipal de Coronel Suárez.

Una administración que no hace mucho tiempo completó otra triste epopeya: loteó y puso a la venta la vieja y querida cancha de fútbol de la villa. Predio por el que pasamos generaciones y generaciones de serranos, nativos y por adopción, y que en su momento cumpliera las funciones de “estadio oficial” del hoy renaciente Atlético Ventana.

Ahora se puede comprar un cerro. Basta ver el siguiente plano, aportado –en estricta reserva– por la fuente mencionada aunque puede ser consultado directamente en la página web de la inmobiliaria que vende los terrenos. Para ello, basta hacer un clic aquí.

La imagen (para ampliar, hacer clic sobre la misma):


También podemos conocer algunos precios (para ampliar, haga clic sobre la imagen):


O cómo marchan las obras en la zona (clic para ampliar):




Igualmente, la comercialización de lotes corre por cuenta de más de una inmobiliaria. Existe al menos una más, cuya actividad resulta promocionada por un sitio web que en varias oportunidades se definió como claro defensor de los valores naturales del pueblo.

Basta hacer clic aquí para comprobar que la venta de espacios en el cerro Ceferino marcha viento en popa para suerte de unos pocos.

Todo tiene precio. De eso ya no quedan dudas. Sierra de la Ventana, lamentablemente, ya no es una excepción. Por el contrario, todo hace suponer que lo único que puede preverse para los próximos años es la proliferación de carteles de venta.

Cerros. Ríos. Arroyos. Bosques. Fauna. Plazas. Tren. Edificios históricos. Un día ya no quedará nada que ofrecer. Nada que nos distinga y nos identifique. Ni siquiera quedará el orgullo por lo que fuimos.

¿Qué haremos entonces?


Espero sus comentarios.

04 diciembre 2008

De rieles y durmientes... (Imagen tomada por Marcia Filz, de Berisso)


Pegar el oído a la vía para adivinar el ritmo de los vagones. Viaje que descansa entre rieles y durmientes. A lo lejos: el puente. La magia de la travesía que está por venir. Este retrato de la posibilidad perfecta es obra y testimonio de Marcia Filz, de la ciudad de Berisso.

02 diciembre 2008

Para no quedarnos sin tren...


Hace muy pocos días, y según reseña el periódico Infodivisor, se realizó tanto en el andén de la estación de tren de Sierra de la Ventana como en la aledaña plaza de las Esculturas una convocatoria de vecinos para reclamar por lo que parece ser el inminente cierre del ramal Vía Pringles.

“Denominado el ‘Festi-tren’ se realizó el pasado viernes un espectáculo público con el principal compromiso de denunciar el cierre del ramal Buenos Aires- Bahía Blanca Vía Pringles”, señala la fuente.

A lo largo de la actividad los vecinos procuraron dejar en claro que la clausura del servicio responde a la controvertida decisión de funcionarios provinciales y nacionales.




De acuerdo a Infodivisor, durante este año “ya dejó de prestarse el servicio de vagón furgón en las formaciones que arribaban a la estación” y “la misma suerte corrió el servicio Pullman”.

“El compromiso de todos sólo podrá detener este atropello que si se concreta dejará a este pueblo y a los vecinos sin un servicio económico”, concluye el periódico serrano.


En sintonía con este reclamo, vale la pena preguntarse: ¿puede una localidad turística casi huérfana de rutas y caminos privarse, además, de un servicio de tren?


Se aceptan comentarios...


Pd: La foto que ilustra esta entrada es obra y gentileza de Cecilia Nuñez.

28 noviembre 2008

Un sueño hecho empresa (Artículo publicado en El Cronista Comercial)

A continuación, comparto con ustedes un artículo publicado recientemente en el diario porteño El Cronista Comercial. El texto es obra de la colega María Gabriela Ensinck.



En el verano de 1967, los hermanos Anselmo, Feliciano y Aurelio Maipach viajaron desde Pergamino a Sierra de la Ventana a visitar a una prima. Los cautivó la panorámica de las sierras y el campo despoblado, y decidieron que ese sería su lugar en el mundo. Soñaron con construir su propio restaurante en un terreno con vista a la Sierra. Pero el lugar estaba ocupado por la Fundación Funke, de origen alemán, que había instalado allí un establecimiento agrícola, la estancia El Mirador.

Empecinados, descendientes de alemanes también ellos, fueron a ver al dueño. “Funke no les va a vender”, les advirtieron en el poblado. Pero los Maipach insistieron, hablaron con los hijos de Rudolf Funke, reconocido empresario agrícola y filántropo. Vendieron la casa paterna de Pergamino y tomaron un crédito. Llevaron su oferta, u$s 90.000 de entonces por siete hectáreas de campo. Finalmente hicieron el trato, aunque se quedaron sin recursos para el restaurante.

Pero los Maipach eran perseverantes (los alemanes locos, les decían en el pueblo) y habían trabajado en la construcción: dos eran pintores y el otro maestro mayor de obras. Edificaron un quincho con techo de paja. Una parrilla en medio de la nada, a 20 kilómetros de Sierra de la Ventana, que por entonces era un pueblo chico, lejos del boom turístico que es hoy. El lugar cobró fama por las recomendaciones de viajantes y camioneros, y de a poco llegaron más comensales.

Uno de los visitantes, un empresario de Bahía Blanca, les facilitó en préstamo materiales de construcción. Así los tres hermanos empezaron a edificar su restaurante y formaron familia en el lugar. “Vivimos cerca de un año en un colectivo abandonado sin ruedas, hasta que se levantaron las primeras paredes y techos de material”, recuerda Jorge Maipach, actual administrador del complejo turístico El Mirador, e hijo de uno de los fundadores.

Hoy, el complejo comprende cuatro cabañas y un hotel con restaurante, salón de te, piscina, juegos infantiles e instalaciones deportivas (canchas de fútbol, voley y tennis). Como complemento del negocio, los Maipach tienen una fábrica de alfajores y productos regionales (dulces y conservas) que se venden en el hotel y en algunos locales comerciales de Sierra y alrededores.

El hotel tiene 70 plazas y hay un proyecto para construir siete suites y un minispa. El restaurante de El Mirador, famoso por sus carnes exóticas (ciervo, jabalí y trucha), tiene capacidad para 250 cubiertos y cuenta con tres chefs en turnos rotativos. Pero la empresa sigue siendo esencialmente familiar. El padre de Jorge se ocupa de hacer el strudel, los alfajores y la torta selva negra. Y la madre, Tita, hornea la torta galesa.

No todo es color de rosa en la historia de esta empresa. De los tres hermanos fundadores, uno vendió su parte al año y se fue a vivir a Mar del Plata. Y los otros dos se pelearon 25 años después, con lo que por poco malvenden las instalaciones. “Pero finalmente llegaron un acuerdo y mi padre, mi hermana y yo le compramos el 50% del negocio a mi tío para seguir adelante”, cuenta Jorge Maipach. “Hoy mi hermana kinesióloga se dedica a su profesión pero mi cuñado se incorporó a la empresa para ocuparse de la atención al público y la logística. Es difícil llevar adelante un negocio con la familia. Aprendimos que hay que consultar entre todos antes de tomar decisiones”, reflexiona.

Si bien no existe una política escrita sobre el ingreso de familiares a la empresa, los Maipach tienen sus propias normas. “Es bueno conservar el estilo familiar, pero también es preciso capacitarse. Mis hijos están actualmente estudiando, pero cuando vienen los fines de semana para ayudarnos, les pagamos como si fueran un empleado más. Ellos decidirán más tarde si quieren seguir en la empresa familiar o dedicarse a sus profesiones”.



Negocio complementario
La idea de instalar una fábrica de alfajores y dulces en el hotel surgió a iniciativa de los clientes y hoy es un importante complemento de la actividad turística propiamente dicha. Al principio, todos los productos se hacían a mano. Pero la demanda fue tal que en un momento llegaban pedidos de comercios de toda la región. “En un momento, nuestros alfajores se vendían en los kioscos. Y mis padres sacaron un crédito para comprar un horno industrial. Pero luego, en los 80, llegaron los alfajores de Bagley y Terrabusi a los kioscos, y ya no pudimos competir con ellos en precio”, recuerda Maipach. La inversión, que pensaban recuperar rápidamente, se transformó en una pesada deuda. Aun así, continuaron elaborando alfajores artesanales y dulces, que se venden principalmente a los huéspedes del lugar. La producción es de unas 300 cajas por semana, y está a cargo de tres personas.

Este no fue el único percance que enfrentó la empresa. “En 1978 hubo una gran inundación y se cortó el camino que llevaba de Sierra de la Ventana a Olavarría. No pasaba nadie, se cerró el restaurante y mis padres decidieron terminar de construir el hotel”, dice el administrador.

De los contratiempos también se aprende, y una de las enseñanzas que dejó esta etapa crítica es que siempre hay que invertir y pensar en seguir creciendo. “Por eso hoy estamos embarcados en un nuevo proyecto, construir un spa familiar, al que puedan venir matrimonios con sus hijos. Porque la mayoría de estos establecimientos son para parejas pero no contemplan actividades para los más chicos”, dice.

Actualmente, el complejo recibe visitantes durante todos los fines de semana del año, con picos durante Semana Santa y el día de la Virgen de Fátima (el 10 de mayo), que coinciden con el mayor flujo de turistas a esa localidad serrana de la provincia de Buenos Aires. Hay un 50% de visitantes nacionales y otro 50% de extranjeros, que pasan por Sierra de la Ventana de camino hacia la Patagonia. La mayor parte llega por recomendaciones de amigos, por Internet, y porque el complejo figura en varias guías de turismo del país.

A lo largo de más de 40 años, hubo varios altibajos en el negocio. “Toda la vida nos manejamos con créditos de los bancos, para comprar el primer terreno o adquirir máquinas para la fábrica de alfajores. Hoy es más difícil, pero lo que hacemos es ir comprando materiales de construcción para la obra. A falta de crédito, tenemos proveedores que conocemos desde hace mucho, y ellos nos avisan si van aumentar los precios para que podamos comprar por adelantado”, cuenta Maipach. Si algo heredaron los actuales administradores de El Mirador es la perseverancia.

08 noviembre 2008

Un castillo gótico alemán en medio del paisaje serrano (Artículo enviado por Luis Lozano, de Buenos Aires)


El siguiente artículo, publicado en el diario La Nación, tiene sus años. Pero no por ello deja de tener un gran valor para los que buscamos saber un poco más sobre los orígenes y la historia de la Comarca. Un agradecimiento especial para Luis Lozano, quien nos acercó la nota que sigue abajo.


Ernesto Tornquist es un exponente del "renacimiento argentino", período histórico brillante que se ubica entre las dos presidencias de Julio Argentino Roca, entre 1880 y 1904.

Representativo de la pujante "Generación del 80", en la que brilló por sus talentos natos para manejar grandes empresas mercantiles, Tornquist había nacido en la Argentina en 1842, fruto de una familia de origen sueco radicada en Buenos Aires.

Estudió en Alemania y de allí volvió a la Argentina, con la cultura de aquel país incorporada a su formación y gusto estético.

Dedicado principalmente a las operaciones bancarias, sus capitales respaldaron importantes iniciativas empresariales, como la construcción de puertos e instalaciones ferroviarias, emprendimientos industriales, explotación de recursos naturales y la edificación del Hotel Plaza, en Buenos Aires, su creación más emblemática.

Tornquist era muy amigo de Roca, a quien brindó apoyo económico para la Campaña del Desierto, haciéndose cargo de la compra de las telas para los uniformes de las tropas.


Pintorescas montañas
Los bonos del empréstito patriótico con el que se financió la campaña militar eran canjeables por tierras "limpias de indios" , motivo por el que Tornquist accedió a medio centenar de leguas cuadradas en aquellas viejas montañas, que tienen un agujero como una ventana, extraña característica que hizo que se bautizara a la cadena como Sierra de la Ventana.

Cuando Tornquist fue a conocer sus nuevas tierras, se enamoró del pintoresquismo de las sierras que rompían la monotonía de la llanura, y decidió construir una casa y una estancia. Por ello, llamó al arquitecto Carlos Nordmann, exponente del grupo de profesionales de origen alemán que habían impuesto en la construcción de la época el estilo del romanticismo medieval, en esa línea evocativa de los castillos típicos de orillas del Rin.

En la Argentina de entonces se gastaba en arquitectura, que era la expresión de riqueza de la época y a juzgar por las casas que Tornquist habitó en Buenos Aires, en el Tigre o en Mar del Plata, se nota claramente que le encantaban los bellos palacios y castillos alemanes.

La edificación de esta vivienda sureña se comenzó en 1903, con materiales adquiridos en Europa, puestos en el puerto de Buenos Aires y de ahí enviados en el tren que iba a Bahía Blanca.

Así se dio el fenómeno de que, terminada la conquista de aquellas tierras aún salvajes, enseguida llegó el tren. Allí, cerca de las tierras de este pionero, en una estación llamada Tornquist en su honor, se bajó un piano. En el mismo lugar donde hacía un puñado de meses sólo se podían encontrar tolderías.

Fue la prima y esposa del banquero, Rosa Altgelt, la que eligió y encargó todo el mobiliario y complementos de la decoración del castillo a una firma muy acreditada de Europa, que le mandó por correo todo lo que ella había elegido por catálogo. Eso era algo típico de la época, en la que había centenares de empresas europeas que se ocupaban de fabricar todo lo necesario para vestir lujosamente una mansión ubicada en cualquier región del continente.

Jardín majestuoso
La sofisticación de un castillo levantado entre los pajonales duros de las Sierras de la Ventana debía complementarse con un jardín de la misma jerarquía estética, ya que la rusticidad del terreno contrastaba con la edificación. Por eso, Tornquist contrató al célebre paisajista francés Charles Thays para que le diseñara un parque acorde al medio geográfico.

Thays empezó el trabajo en 1905 y a partir de entonces, durante seis años seguidos fue a la estancia La Ventana, donde puso alrededor de 2000 plantas anuales, contando con que se perdería la mitad. Con sólidos recursos económicos y tanto espacio libre para hacer el parque que más le gustara crear, Thays hizo un diseño muy extenso, con estatuas, copones y un quiosco alejado de la casa para que las señoras caminaran y fueran a tomar el té.

Además, aprovechando el arroyo que atraviesa el casco, se levantaron varios puentes ornamentales y se cavó un lago artificial que conectaba uno de los frentes a la casa con la vista más espectacular de las sierras de La Ventana.

En la entrada a la propiedad, sobre el camino que une las localidades de Tornquist con La Ventana, en vez de una tranquera se instaló un gran portal de hierro forjado, a la usanza de las grandes mansiones rurales europeas.

Posteriormente, éste fue donado al parque provincial Sierra de la Ventana, donde luce en la actualidad.

Este establecimiento ganadero, el primero de la comarca, se fraccionó muchas veces para dar lugar a otras estancias y al asentamiento de colonos suizos y alemanes que trajo Tornquist. En la actualidad, el casco histórico de la estancia La Ventana, todavía pertenece a la descendencia de su fundador.

11 octubre 2008

Bajo la lluvia... (Imágenes tomadas por Piti Olague)


Septiembre trae el agua... Y el lago de la plaza central de Tornquist abre sus márgenes que cobijan patos y gansos atentos al cielo transformado en gota.



Piti Olague estuvo ahí para fijar la melancolía de las nubes. Más testimonios de esta belleza en su blog Capturando Luces.

01 octubre 2008

El saludo de "Ana"


Supongo que es por esta foto... que dice mucho más que mis palabras (reflejadas en Vergüenza). Lo concreto es que una cierta amiga "Ana" -quien, como es de suponer, evitó dejar su apellido- colgó el siguiente mensaje en privado en el libro de visitas de este blog (hacer clic para ampliar la imagen):



Por si la captura de pantalla no se ve lo suficientemente clara, paso a transcribirlo:

Que lastima que siendo escritor y "periodista", te dejes llevar solo por lo que ves o lo que quieren ver tus ojos y no te informes realmente de como son las cosas y de quienes son las cosas. Esto te lo digo, porque todo lo que decis acerca de ese "palacio megalomano" no es cierto, desde tu definicion hasta las calles que inventas o tu memoria ya no recuerda donde estaban las calles. Saludos desde la comarca

Deduzco que "Ana" se refiere a la construcción que fue levantada en el sitio que ocupara la gruta de San Bernardo. Cuya virgen, hay que decirlo, fue salvada de terminar bajo una columna de cemento por un grupo de vecinos de Sierra de la Ventana. Y hoy se mantiene a salvo muy cerca de la "Casita de Dios"...

Creo que ese mismo numeroso grupo de vecinos, que se impuso a la voluntad depredadora de otros y la evidente inercia gubernamental, puede dar más detalles sobre el sitio que antes ocupara la virgen en San Bernardo.

Y también de la calle que antes estaba emplazada en ese lugar (y que junto con mi hermano Jonatan recorrimos más de una vez en el sulky de Asee Brunswig) y la cercanía con la casa tanto de Coca Butazzi como de Iros (dueño del inolvidable "Lobito"); detalles que, según "Ana", no son más que otro bromista invento de mi memoria...

Me gustaría, "Ana", que así como dejó ese mensaje aproveche también este espacio para explicarnos a todos "cómo son las cosas y de quiénes son las cosas", tal cual lo señalara usted en la cita que acabo de publicar.

29 septiembre 2008

¿Y esto qué es?



La respuesta a la imagen la dio una fuente que, bajo estricta reserva, explicó a Ríos de roca y madera lo siguiente:

Se trata de un dique que interrumpe el paso de las aguas que bajan del cerro Tres Picos.

Es esa especie de triángulo alargado que se aprecia en la toma del Google Earth.

El dique, que bloquea el curso de agua como si se tratara de un mero canal privado, que se adueña de un bien que por ley le pertenece a todos (a lo que habría que añadir aquello de “libre navegación de las aguas”), está dentro de una estancia cercana al cerro más alto de la provincia de Buenos Aires.

Y en el que funciona un coto de caza. En ese espacio, asegura la fuente, “se introducen especies foráneas”.

Los textuales no dejan margen a la duda:

Esas especies después se escapan y pueblan las sierras haciendo desastres ecológicos.

Ahora en la sierras podés encontrarte con jabalíes, que antes no había y ahora está lleno de piaras. También carpinchos...

... y hasta ¡búfalos!


Lo peor no termina ahí. Por el contrario, y según comentaron a este blog, “en las sierras hay muchos cotos más instalados”.


Como siempre, esto queda abierto a los comentarios. Ya es hora de decir algo...


28 septiembre 2008

A ras del piso... (Imágenes tomadas por Agustín Moreno)

Carpinteros en conversación. La reunión gira en torno a un bosque de pinos que todavía no fue explorado. La expectativa se viste de camuflaje y bufandas amarillas en el cuello.

Trabajadora que nada sabe de feriados. Busca y encuentra. Apura el paso con una antena puesta en el cielo. Y las patas listas para acelerar cuando se acerca la tormenta.

Algo está tramando. Rígida. Al acecho. Cuenta de memoria los huevos de la cría mientras evalúa una nueva presa que nada sabe de ponzoña. Belleza vestida de instinto de supervivencia.

Larva en sueño profundo. Esperanza por lo que vendrá pegada a la tierra. Duerme una ilusión de cerros azules y vientos cálidos que murmuran el nombre de la primavera...





Este aporte de singular belleza es obra y gentileza del amigo Agustín "El Chegu" Moreno. Más testimonios fotográficos en su blog, Quien busca un fin noble encuentra el camino.


19 septiembre 2008

Cuatro por Cuatro... (Imágenes enviadas por Roxana, de Buenos Aires)


Hace ya algunas semanas Roxana, de Buenos Aires, me remitió estas fotografías que –tomadas por Omar Salcedo– ahora publico. ¿Qué estamos viendo? Lo que parece: la travesía "Viví la aventura 4x4", que se llevó a cabo el 3 de agosto pasado.

La pregunta siguiente es: ¿Y dónde se hizo la travesía? Bastante triste la respuesta: en el cerro del Amor; también conocido como cerro Ceferino o De la Cruz. O sea, en pleno Villa La Arcadia. Y en uno de los lugares más característicos de Sierra de la Ventana (aunque el río Sauce Grande establezca que eso ya es partido de Coronel Suárez).

Como de costumbre, no importó ni la riqueza natural del sitio ni, claro está, el valor simbólico del mismo. Había que probar la potencia de los motores, la doble tracción; comprobar cuántas plantas quedan bien aplastadas debajo de la caravana de camionetas, si huye algún que otro animalito y, ya que estamos, si las gomas nuevas son capaces (o no) de horadar la roca eterna...

Había que probar, como siempre, el límite... Como si fuera necesario.



Reproduzco algunas de las palabras de Roxana:

(A la travesía) sólo ingresaron las 4x4, ni el delegado con su auto participó...

Hace treinta años que voy a Sierra y observo sus cambios, apruebo que Ventana crezca, pero que ese crecimiento no sea a costa de otros. Mi deseo es que el beneficio sea para todos, difícil pero ¿por qué no?

Renuevo la pregunta que tan amablemente arroja Roxana: ¿por qué no?


Dejo a manos de quienes visitan este portal todas las conclusiones posibles. Debajo de este post encontrarán la opción “Comentarios”. Ustedes tienen la palabra... Por mí parte, hace rato que expresé mi vergüenza.






12 agosto 2008

Nieve probable... (Imagen tomada por Leandro Amato, de Buenos Aires)

Anticipo de espuma blanca. Las nubes intercalan grises y blancos. El frío se aparece sin pedir permiso y abraza árboles, hierbas, charcos...

Este testimonio del invierno serrano es obra y gentileza de Leandro Amato, de Buenos Aires.

28 julio 2008

Vergüenza (Por Patricio Eleisegui)


Pasó con la cancha del Club Atlético Ventana. También, con buena parte de las orillas de los ríos. La plaza que se extiende a pocos metros del puente que une Villa La Arcadia con Sierra de la Ventana. Como si la división fuera necesaria...

Ahora, el cartel de venta disimula –con poco criterio– las iniciales del paisaje lindero al cerro del Amor, o Ceferino, o de La Cruz. Lugar característico de Villa La Arcadia o Sierra, como se lo quiera mencionar (no entraré en la disputa distrital, no es mi objetivo).

Porque en el pueblo, parece, todo tiene naturaleza de objeto de cambio. Cotización. Valor en billetes que no alcanzan a pagar la memoria de sitios que hacen a la identidad de una localidad.

Pero eso no importa. La oportunidad es hoy. Y vaya si entienden de eso los especuladores que no guardan reparos en colocar carteles, precios, y martillos que suben y bajan. Que rematan legados como si se tratara de mercancías similares a un automóvil o cualquier producto viejo y pasado de moda.

Ahora le toca al cerro del Amor. Y lo lamentable es que esta práctica mercantil poco a poco ha ido perdiendo sorpresa. Lo común es que los terrenos se dividan en parcelas, se les coloque un alambrado presuntuoso, y se fije un tiempo de comercialización cual fecha de vencimiento típica de un sachet de leche.

A eso han reducido el valor histórico y emocional de muchos de los espacios más emblemáticos de la Comarca de Sierra de la Ventana. El espanto, parece, queda en manos de muchos de los que por un motivo u otro emigramos del pueblo. Y que en cada regreso nos encontramos con realidades que en lugar potenciar la riqueza existente no hacen más que cumplir con un mandato perverso: reemplazar lo valioso.

Quizás por eso no pude más que sentir tristeza cuando, de paso por San Bernardo, justo debajo de la casa del doctor Pugliese, di con una construcción que reemplazaba no sólo un sitio representativo del barrio (la gruta que, tallada en la roca, estaba ubicada a la vuelta de la casa de don Iros y Coca Butazzi) sino que además ahora ocupaba el recorrido que antes perteneciera a la calle que bordeaba la misma gruta.

Borraron la calle. Así de sencillo. Sin ningún tipo de escrúpulo.

A la par de mis recuerdos –ahora, en un punto, truncos– se dibujaban figuras de dudosa belleza arquitectónica en madera y ladrillo. Un palacio megalómano que en su gestación parecía burlarse de los restos pedregosos de un sitio que, antes habitado por una virgen a la que muchos rendían culto, aparecía ahora derrumbado sobre un costado del terreno.

En ese momento comprendí que Sierra había entrado en un tobogán inevitable. No el del progreso, claro. Sino en el tobogán de la depredación.

Ya de paseo en las márgenes del arroyo San Bernardo, di con cercas de todo tipo que no sólo se adueñaban de las orillas de la corriente de agua, sino que además en algunos puntos impedían el libre tránsito por el mismo caudal. Dado el panorama, la pregunta cobraba forma por sí sola: ¿es legal tomar el control del agua y sus correspondientes costas?

Es un tema que, de seguro, despertará más de una duda entre quienes saben de qué estoy hablando...

Al observar la ex cancha del Club Atlético Ventana, la plaza en Villa La Arcadia, la destrucción de la gruta de San Bernardo y su calle aledaña, la apropiación de tramos del río y, ahora, el loteo de los terrenos linderos al cerro del Amor, me asalta un nuevo interrogante:

¿Qué piensan los gobiernos municipales y sus conocidas delegaciones al respecto? ¿Acaso no están conformados, en su mayoría, por vecinos que conocen y transitan las mismas calles que aquellos que los han elegido?

En muchos casos, ¿no son parte vital de la historia viva de Sierra de la Ventana y Villa La Arcadia? ¿Adónde quedaron los valores, el respeto por la cultura común, la necesidad de mantener el legado original de localidades sujetas a un cambio permanente?

¿Dónde estará la representatividad de Sierra en unos años? ¿La identidad residirá en un complejo de cabañas con pileta y televisión por cable? ¿En un cúmulo de barrios privados y pseudo zoológicos en los que los amantes de la estupidez despuntan el vicio de cazar palomas?

Todo no es más que una enorme falta de respeto. Lo peor es que toman como propio un patrimonio que es de todos. Y lucran. Pasando por encima de valores y voluntades populares. Depredan.

Pueden verlo en estas fotografías que tan amablemente me acaba de acercar María Sol Waiman. Las tomas de la plaza de Villa La Arcadia y la construcción que ahora ocupa el predio donde estaba la gruta de San Bernardo son obra de Carla Serafini.


Lo mínimo que uno puede sentir, al contemplar cada imagen, no es más que una absoluta vergüenza. Y esa, créanme, es una de las peores sensaciones que cualquier persona puede experimentar...


Patricio Eleisegui


30 junio 2008

“Ceto” inolvidable: Atlético Ventana cumplió 80 años... (Datos tomados del portal Noticias Tornquist)


Cómo no hablar del club del pueblo... Si se trata de la primera institución deportiva, la más emblemática, de todas las que intentó tener la localidad. Un sueño que asomó el 10 de junio de 1928 a la sombra de tonalidades como el rojo, blanco y azul.

¿Francia a orillas del Sauce Grande? Nada más lejano. Nada más pintoresco.

Como bien lo testimonia la reseña publicada en el portal Noticias Tornquist, un joven Atlético Ventana compitió durante sus primeros años de pelotazos en los palos y victorias a pocos segundos del pitazo final en la liga de fútbol de Coronel Pringles. Y, como debe ser, tuvo su gran archirrival: el club Porteño de Saldungaray.

Pasó el tiempo, la gesta deportiva y el ocaso –menos cercano a lo futbolístico, más próximo a lo turbio que suele suceder fuera del terreno de juego– que tuvo su gol en contra, sobre la hora y en offside, con el remate de la cancha que el club utilizaba en Villa La Arcadia.

La venta ocurrió una fría mañana de julio. Hubo lugar para un comprador, martillos de remate en descenso inapelable, y lágrimas: las de Humberto Cetolini (el movedizo “Ceto”), Florindo Reyes, Ángel Cardoso, y varios de los ex jugadores del club. Se loteó el terreno, que hoy ya exhibe un grupo de cabañas que nada entiende de redes infladas y pasiones con sabor a penal bien cobrado.

“Pero no pasó mucho tiempo y allí andaba otra vez el inquieto e incansable “Ceto” moviendo cielo y tierra para volver a tener un lugar, una cancha de fútbol, porque el club no podía ni debía morir jamás”, señala el artículo de Noticias Tornquist.

La gestión de Cetolini –fiel compinche de mi madre en los tiempos bravos del alfonsinismo– no fue en vano: ubicó un predio de 3.000 metros cuadrados en Valle Hermoso y luego se hizo con el comodato de una hectárea y media situada en cercanías de la colonia Agustín de Arrieta.

Atlético Ventana volvió a tener cancha en 2007, pero el esfuerzo por devolver al espíritu serrano uno de sus emblemas se cobró la vida del luchador más aguerrido: Humberto Cetolini fallecía a los 77 años, pocos meses antes de que la pelota volviera a rodar por el flamante terreno de juego.

Pero el dolor por la pérdida de Cetolini en lugar de menguar las fuerzas de quienes pugnaban por recuperar el lugar de Atlético Ventana surtió un efecto contrario: en cuestión de meses florecieron el campo de juego, el mástil, la asamblea que volvería a darle socios a una institución casi invisible hasta ese momento. También se eligió presidente: César Nuccelli.

“Estos 80 años nos encuentran en un período de franca expansión, muy contentos con la gente. Además de la escuelita de fútbol empiezan con una escuela de hockey que ya cuenta con mas de 40 alumnas, lo que nos motivo a trasladar las practicas del predio de Valle Hermoso a la cancha que está en el centro”, comentó el titular de la entidad a la fuente mencionada.

Igualmente, la resurrección de Atlético Ventana no se limita sólo a un terreno de juego y la expansión en cuanto a cantidad socios. Muy por el contrario, quienes conducen los destinos del club impulsan la construcción de la sede social de la institución, que ocupará un edificio de dos plantas emplazado sobre una superficie de 300 metros cuadrados.

¿Para cuándo estarán funcionando las instalaciones? Noviembre de este año, alegan los más optimistas. Con relación a la actividad del club, Nuccelli concluyó: “La convocatoria de socios va muy bien, ya tenemos más de 100 y eso va ayudando a las actividades que se dan, compramos palos de hockey y otras cosas que se consiguen también con donaciones”.

21 junio 2008

Villa La Arcadia... (Imágenes tomadas por Susana)

Hermana melliza de Sierra. Hija de Coronel Suárez. Villa La Arcadia es un bosque de pinos y aromos amparado en el silencio de calles eternas.

La tranquilidad de la villa -refugio de calandrias, horneros y pájaros carpinteros- adopta el color de estas imágenes, que son obra de la amiga Susana.



07 junio 2008

Los picnics de la Isla Castex (Por Javier Girou, de Sierra de la Ventana)

La numerosa familia Saldungaray con sus descendientes directos y otros pobladores de del pueblo realizaban salidas en vehículos a las zonas serranas de piletones, ubicadas en el campo Sierra Grandes, hoy en día.

Ya por entonces, en 1921, se había creado el club Porteño, futura entidad que años más tarde organizaría por mas de 30 años los famosos picnics. El pueblo estaba en pleno auge atraído por el ferrocarril Sur que ofrecía oportunidades laborales y tierras vírgenes.

En el año 1927 asume como presidente del club Porteño Vicente Constantino (nieto de Pedro Saldungaray), y tiene la idea de realizar los picnic que sus descendientes familiares realizaban a menudo encabezados por la institución que representaba.

Ahí surge la idea de realizarlos en Castex, una isla ubicada a 5 kilómetros de Saldungaray y a 3 kilómetros de Sierra de la Ventana, rodeada por el río Sauce Grande y el arroyo San Teófilo. Esta pequeña isla, de unas 5 hectáreas, era propiedad de Diego Meyer, la cual era cuidada por la familia Girou, que habían arribado de las colonias francesas de Pigüé.

Estaba todo sumamente organizado; se hacían programas en la cual se alertaba la gente del evento, de horarios y demás y se difundía por las emisoras de radio de Bahía Blanca.

Los preparativos eran de tres días de anticipación organizando el predio, armando el palco con un camión y acoplado para que sonara por ese entonces el grupo musical Los Porteñitos integrados por gente del pueblo.

Había camiones que recorrían las inmensas estancias en busca de corderos que eran donados para el evento, se llego a contar mas de 60 lanares donados.

El hielo era traído en barra desde Coronel Pringles, tambores y bebederos de campo se utilizaban como improvisadas heladeras, para mantener frescas las bebidas (aprovisionadas por el almacén Vitalini, -hoy en día instalaciones de La Nueva Estrella, Saldungaray-), era lo único que se abonaba ya que no se cobraba entrada y tampoco los asados. Se armaba un baño de campaña para damas, con estructuras de maderos y bolsas de arpilleras.

En el día del evento el punto de partida era la sede del club Porteño, camiones organizaban las salidas hacia la isla haciendo el recorrido más de una vez.

Se realizaba a fines del mes de enero o principios de febrero de cada año. Tomó tanta difusión que el denominado tren local que partía todos los domingos de la ciudad de Bahía Blanca hasta Coronel Pringles comenzó a parar en una alcantarilla frente a la isla.

En él arribaban familias de toda la zona (Bahía Blanca, Cerri, Punta Alta, Cabildo y Estomba), también llegaba gente de los pueblos vecinos (Lartigau, Sierra de la Ventana, Tornquist y estancias aledañas) en autos, sulkys y villalongas.

Su entrada era muy particular, una bajada pronunciada y luego el cruce del arroyo, el tren arribaba a las 10 de la mañana, pero la gente lugareña llegaba mas temprano para la elección de los lugares ya que se estipulaba que arribaban alrededor de 5.000 personas.

No había distinción de clases sociales, se olvidaban los rencores de los clásicos futbolísticos, era una jornada para disfrutar, divertirse, bailar y reencontrarse con amistades lejanas.

Muchas parejas se conocieron bailando en los picnic y hoy en día son abuelos y hasta bisabuelos recordando las polkas, pasos dobles y milongas que tocaban los Porteñitos o cualquiera que se animara o supiera tocar.

La polvareda era una cuestión aparte, ya que volaba mucha tierra, y se paraba la orquesta para que el camión regador humedeciera la pista de baile. Recuerda Beto Davis “alguna que otra vez el clima nos jugo una mala pasada”, “una vez cayeron piedras de granizo ¡grandes como un huevo duro!... era increíble nadie se iba…”.

La gente esperaba esta fecha con una gran ansiedad, ya que para algunos era su única salida en el año. Las mujeres estrenaban vestidos, los hombres vestían la gran mayoría de blanco y llevaban en sus bolsos los trajes de baño, ya que en el río Sauce Grande se formaba un remanso muy profundo, utilizando los árboles costeros como trampolines donde realizaban riesgosas pruebas de habilidades.

Una de las tanta anécdotas que quedaron, eran las travesías que hacían los camiones y autos que ingresaban a la isla cuando partían rumbo a sus casas, era espectáculo de chicos y grandes, se sentaban al costado de la barranca observando las patinadas y encajadas de los potentes V8 que solían tener los automóviles antiguos.

Se disfruto como el enlace amistoso de pueblos, todo era muy cordial, sobresalía la amistad que se hacia cada vez mas grande a través del tiempo. Perdió auge a fines de los 60 y principios de los 70. La pérdida de sombra del lugar y una serie de accidentes de trenes pararon la euforia de los picnic que duraron por más de 30 años.

Hay que rescatar que se hacía por amistad, para juntase, como dijo Chely Constantino. “La intención jamás fue con fines de lucro, solo divertirse”.

Sería inalcanzable repetir la bondad, el esfuerzo y la colaboración de esa gente que trabajo, participo y alentó para que se realicen esos días de verano a principios de siglo XX los recordados picnics de la Isla Castex.


Javier Girou.


Agradecimientos:
Chely Constantino
Alberto Davis
Ángel Cardoso
Chichita Torelli

27 mayo 2008

25 de mayo en Sierra de la Ventana (Gentileza portal Noticias Tornquist)

Sierra también tuvo su festejo del 25 de mayo. A continuación, una breve reseña de lo ocurrido en la Escuela Nº 6 Juan Bautista Alberdi (sí, la mía) durante el fin de semana pasado.

Las imágenes y comentarios pertenecen al portal Noticias Tornquist que dirige el colega Marcelo Algañaraz:

Vestido con los colores celeste y blanco que identifican a los emblemas patrios, el SUM de la Escuela “Juan Bautista Alberdi” de Sierra de la Ventana recibió a los integrantes de la comunidad educativa de la Escuela de Enseñanza Media N° 2 de esta localidad; en un almuerzo familiar que organizó la Asociación Cooperadora escolar.

Empanadas criollas, asado, ensaladas y postre contó el menú servido a los mas de cien participantes de la reunión; donde los alumnos y personal docente oficiaron las veces de mozos y asadores. El show musical estuvo a cargo del grupo “ Punta y hacha" de Bahía Blanca que amenizó con música folclórica la reunión.




Para la Presidenta de la Asociación Cooperadora, Rosana Cardoso es una oportunidad de juntar a la familia de la escuela y lograr recaudar fondos que mucho necesita la Institución Educativa.

“Nuestro objetivo es lograr adquirir un cañón de multimedia, que hace ya dos años que nos propusimos comprar, no solo para uso del establecimiento sino de toda la comunidad”, dijo.

Por segundo año consecutivo al frente de la Cooperadora, Cardoso ve como un muy buena propuesta hacer estas reuniones, que ya es la tercera en lo que va del año.

La iniciativa permite hacerse de los fondos que luego son invertidos en mejorar la propuesta educativa y de infraestructura dela Escuela.

La fiesta se extendió hasta las 17 hs. Compartiendo la tarde con sorteos de muchos premios que comerciantes locales donaron para el acontecimiento.



Imagen superior: Rosana Cardoso y sus colaboradores (a su izquierda, Ariel Beli).


Imagen superior: el grupo Punta y Hacha.



Lo que matan son las juntas... (Enviada, desde La Plata, por Lorena Schena)

La pandilla toma mate y trama una nueva aventura. Esta foto es del año ¿2000? En la imagen, de izquierda a derecha: Emiliano Fernández, Lorena Schena, Ana Santini y Marina Martínez.

El título que da nombre a esta entrada pertenece, también, a la dueña de la foto: Lorena Schena, quien desde La Plata nos remitió la imagen para que aparezca publicada en este espacio.

10 mayo 2008

"Qué será de la vida de..." (Parte II) (Enviado, desde Carhué, por Marta Eleisegui)

Hola amigos,

Me interesaría saber si alguien sabe qué fue de la vida de Sonia Fuertes. Creo que vive en la ciudad de Mar del Plata, pero ese es el único dato que me han pasado hasta ahora.

Ojalá puedan pasarme alguna referencia. Muchas gracias!

Un saludo desde Carhué


Marta Eleisegui
(martaeleisegui@yahoo.com.ar)

25 abril 2008

Travesía... (Imagen tomada por Rolando, de Buenos Aires)


Dos imágenes y un mismo destino: el cerro Ventana. La travesía de rocas, pinos y raíces anticipa la llegada al sitio más emblemático de la Comarca.

En la foto superior, la lejanía ya ofrece atisbo del cordón que cobija al Ventana. Debajo, la alfombra escarpada que se extiende durante el primer tramo de ascenso al cerro.

Las imágenes son obra y gentileza del amigo Rolando, de Buenos Aires.

30 marzo 2008

Lugares encantados de la Argentina: Villa Ventana (Artículo del diario Clarín)

Estimados, comparto con ustedes una nota sobre Villa Ventana que salió publicada en el diario Clarín de hoy domingo.


Villa Ventana / Pcia. de Buenos aires

Una pintoresca aldea de Sierra de la Ventana, con arroyos, casas de madera, jardines y arboladas calles en galería.

Plantada cara a cara ante el epicentro de los pliegues y aldeas de la Comarca Turística Sierra de la Ventana, Villa Ventana es el mirador privilegiado, el eslabón mejor acomodado a los pies del cerro Ventana.

La discreta urbanización es punto de partida de turistas que orientan sus pasos hacia el agujero natural de 5 m de ancho, 8 m de alto y 10 m de profundidad, perforado por la erosión del viento y el agua a 1.134 m de altura.

Pero Villa Ventana consigue repartir el interés con sus calles enripiadas, desniveladas por el macizo aquietado hace 260 millones de años. A falta de ruidos molestos, el trino de los pájaros corteja el paso de autos y peatones. En la Oficina de Turismo, el plano que entrega Lorena Manieri -nieta de Salvador Salerno, fundador de la Villa en 1947- precisa la variedad de aves que cargan el ambiente de melodías: para unir los extremos norte y sur de la traza -desde la calle Benteveo hasta Golondrina-, hay que atravesar Paloma, Piquito de oro, Gorrión, Chingolo, Martín pescador, Tacuarita, Churrinche, Cabecita negra y otros diez senderos techados por los árboles que dan cuenta de la profusión de pájaros.


Aquí, los casi 900 pobladores, los turistas y los pájaros se mueven con pereza, quizás subyugados por los jardines que colorean las casas de troncos y arrullados por los otros sonidos detectables bajo el collar de cerros, los que despiden el viento -habituado a hacerse notar como una tímida brisa- y los arroyos abrazados a las piedras de sus lechos.

Uno de esos viboreantes hilos de agua cristalina, el arroyo Belisario, rumbea hacia los despojos del imponente Club Hotel, un lujoso imán para los aristócratas, que prestó servicio para hospedarse y jugar fuerte en el casino entre 1911 y 1917. Con el freno a las salas de juegos en todo el país, el gigante de 6 mil m cuadrados con canchas de tenis y golf, capilla y tren de trocha angosta entró en una pendiente irreversible. Reabrió en 1944 para cobijar a 350 marinos del acorazado alemán Graf Spee y volvió a hundirse en el abandono en 1946, hasta que un incendio lo redujo a escombros y cenizas en 1983.

A mitad de camino hacia ese icono silenciado, en Casa de Muñecas -uno de los 12 talleres artesanales de Villa Ventana-, Jorge Bottaro y Silvia Díaz inducen a compartir sus momentos de gloria: "Nos hacen felices las caras de los chicos frente a nuestras muñecas de cerámica y la panorámica despejada de los cerros Napostá, Tres Picos y Ventana". Mientras dejan fluir la emoción, el collar serrano está ahí, amplio y seductor, delicadamente envuelto en pastizal pampeano.

A 100 kilómetros de Bahía Blanca.


La población es de 900 personas.




Nota: la imagen que ilustra este post corresponde a la Fuente del Bautismo ubicada en Villa Ventana, y fue tomada por el amigo Leonardo "Lelo" Beli. La foto aparece publicada originalmente en su sitio web Fuentedelbautismo.com.

24 marzo 2008

"Qué será de la vida de..." (Parte I) (Enviado, desde Puerto Rico, por Darío Lemos)

Ya pasaron 13 años desde que egresé del Fortín Pavón…
Cuánto tiempo… Casi no volví después de eso. Quizás unas 4 o 5 veces nomás.

De la mayoría de mis compañeros, amigos, hermanos, de aquellos tiempos, tengo noticias, no tan seguido como quisiera pero siempre alguien le dijo a fulano que sultano estaba haciendo esto o aquello, que se casó con este/a o que se fue a vivir a qué sé yo dónde…

Pero hay otros que parecen arrastrados por la corriente, amigos que tuvimos en algún tiempo y por el azar de la vida hemos perdido todo contacto con ellos. Por ahí va una lista de esa gente, a ver si alguien sabe algo de ellos.


Personajes ilustres de un tiempo perdido:

Eduardo (el negro): Trabajaba en “La Esquina”, cuando la esquina era mas bien un copado pub para escuchar buena música y tomar algo. El loco tenía el pelo hasta la cintura, envidia de muchos.

Casimiro: Operador de la radio de Botto. Más tarde me enteré que era bombero.

Iván Urich: Tremendo. Un amigo de esos. También operador de la FM Ventana. Un día dijo que se mudaban para Córdoba creo. Y nunca más supimos de él o su flia.


Ahora los de Saldunga:

El Titi: Personaje que de esos que no pueden faltar en ningún pueblo. Hacía de todo, desde caddy en el golf, hasta de peón de campo.

El negro Correa: Miguel Correa. No tengo muchos datos para dar de él. Tenía un hermano que si mal no recuerdo sufría de epilepsia, más de una vez nos dio un susto mientras hacíamos dedo para ir a Sierra.

El Garra Montibeller: Otro personaje. Grande el tipo… pero así de bueno. Si mal no recuerdo laburaba en una panadería en Sierra. Tenía un hermano al que apodaban “El Kinco”.

Y por ultimo… pero no menos importante

Carlos Granito: El profe de Educación Física y árbitro de los partidos de fútbol que se armaban por la mañana en el Fortín Pavón… por lo menos para el año 1993, 94 y 95 si mal no recuerdo.

Me acuerdo que la primera clase de E.F. el tipo parecía un sargento (hdp) pero se hacia, resulto un tipazo, un amigo. Me llevó de Delegado a esos juegos de voley que se hacían por ahí. Y safé de un par de horas de clase…

Era de Suárez, igual que el Cuervo Cleppe si no me equivoco...

Lectores, amigos de Roca y Madera si alguien sabe de alguno de esos personajes que dejaron su huella por nuestros lares háganlo saber. De igual manera si quieren saber de algún amigo de aquellos tiempos… escriban.


Desde Puerto Rico.

Darío A. Lemos

06 marzo 2008

Curva del Sauce... (Imagen tomada por Francisco Drisaldi, de Médanos)

Codo del río Sauce Grande. A lo lejos, altiva, la luna se asoma entre los hombros del cerro...

Este andar sereno de aguas y árboles guardianes es obra y gentileza de Francisco Drisaldi.

Primo y ahijada (Enviada por Patricio Yoice, desde Trenque Lauquen)

El cartel ineludible. La estación de tren que conmueve a través de miles de historias de arribos y partidas. Mi primo Patricio Yoice, y su hija, Delfina, no dejaron pasar la oportunidad de posar la vista en las inmortales sierras.

23 febrero 2008

Eclipse lunar del 21 de enero (Imágenes tomadas por Agustín Moreno)







La luna se apaga sobre las sierras. Noche del 21 de enero de 2008. Y el amigo Agustín Moreno que, conocedor de cada roca, río y madera de Ventania, inmortaliza el juego distraído de los astros...

Así lo describe en su blog, Quien busca un fin noble encuentra el camino, en donde se puede acceder a más testimonios fotográficos relacionados con este fenómeno:

"Imágenes obtenidas desde 'Loma de la Simpleza', San Andrés de la Sierra, Abra de la Ventana, Ventania. Posición según GPS Lat Sur 38º 03' 48.1"Long Oeste 62º 04' 26.0" Altitud 412m - Average 6.9m".


En el techo de la Pampa (Artículo de El Cronista Comercial)

Amigos, comparto con ustedes un interesante artículo que, inherente a Sierra de la Ventana, salió publicado en el matutino porteño El Cronista Comercial este viernes. La nota es obra del colega Tomás Natiello.


En el techo de la Pampa

El primer recuerdo de Sierra de la Ventana que aparece en la memoria al momento de escribir es en la estación del tren. Era temprano, cerca de las 6:30 de la mañana, y un leve rocío cubría los árboles unos canteros con flores.

La noche y el sueño no habían permitido que se notara cómo el suelo llano de la pampa húmeda se iba arrugando y ganando altura. Por eso, el impacto al ver esas sierras mucho más altas que las de Tandil fue mayor. Tras recorrer una veintena de kilómetros, las cumbres de cerros como el Napostá y el Tres Picos se aprecian aún más claramente como vigías que dominan el sur de la provincia.

De ese primer recuerdo del tren a hoy pasaron más de 25 años. Los trenes siguen corriendo pero no aparecen al tope de las preferencias al momento de llegar hasta estas tierras fantásticas. Y es una lástima, porque con el tendido de las vías nacieron los parajes que embellecen la comarca.

La historia reciente, la de los pueblos, comienza en 1903, cuando se realiza la construcción del ramal Ferrocarril del Sud que pasaba (y aún pasa) por Olavarría, Cnel. Pringues y Bahía Blanca.

Entre esos puntos principales se crearon estaciones, una de ellas Sierra de la Ventana, actualmente Saldungaray. El tren trajo consigo nuevos emprendimientos, como el Club Hotel de la Ventana, un edificio majestuoso del que sólo quedan ruinas y detalles curiosos, como las inscripciones en alemán que permanecen en la vieja puerta de un depósito subterráneo. La construcción requería que el tren trajera materiales y personal, por lo que surgió una nueva estación, que llevó el nombre de Sauce Grande. Y al mismo tiempo, un terrateniente local de apellido Meyer construyó en la localidad otro hotel, menos espectacular, para dar alojamiento a los capataces de la construcción.

El propio Dietrich Daniel Meyer acabó por vender parte de sus terrenos al ferrocarril, al tiempo que bautizó al incipiente poblado con el nombre de Villa Tívoli Argentina, por el parecido del paisaje con la antigua ciudad romana. El 17 de enero de 1908, fecha en que Meyer loteó una veintena de terrenos, se considera el día de nacimiento de la ciudad, que este año acaba de cumplir su primer siglo de vida. Hace apenas un mes, su nieto, junto con descendientes de los primeros pobladores como Delfina Piergentili, Florencia Frontini, Federico Kaltenbach, Gianfranco Aiello y Andrés Etulain, colocaron una ofrenda floral en memoria de aquellos años.

Un sitio que en breve habría cumplido también 100 años es el Club Hotel. Las obras culminaron en 1911, y fue posible, en parte, gracias a los ladrillos que producía Ernesto Tornquist. El hotel no sólo era enorme (6.400 metros cuadrados construidos), sino que además ostentaba gran lujo. Contaba con solarium, un restaurante con mobiliario Luis XVI, jardín de invierno, salones de fiesta, casino y una de las mejores canchas de golf del país. El presidente Roca lo definía como la maravilla del siglo, perla que fue eclipsada por el declive del turismo durante la primera gran guerra. Años más tarde fue presidio de los marineros del Graf Spee, y en esos años los soldados alemanes lo restauraron. Desde siempre hubo proyectos de recuperar la gloria perdida, que desapareció definitivamente con el incendio de los años ’80. Hoy, sus ruinas son visitadas y están camino a la senda que permite escalar el Cerro Tres Picos, en la zona de Villa Ventana.



Hoy es hoy
Desde aquellos inicios hasta hoy, a falta de un gran hotel, han florecido numerosos emprendimientos que van desde estancias turísticas hasta pequeños complejos de cabañas, pasando por el auge del golf que tiene aquí un destino perfecto.

Entre los alojamientos más destacados están la estancia El Retiro, que ya fue visitada en varias ocasiones desde estas páginas, y Cerro de La Cruz. Ubicada en el corazón mismo de las sierras, esta última es propiedad de la familia Ayerza. El campo, de corte agrícola-ganadero, creció de la mano de Eduardo Ayerza y de su Gertrudis Herrera Vegas de Ayerza, y su nombre deriva de la presencia de una cruz de origen desconocido que existió allí hace tiempo. Seguramente, un vestigio de los tiempos en que las serranías eran una frontera caliente, paso y refugio alternado de soldados, aborígenes y ganado. El casco de la estancias cuenta con el plus de belleza que le otorga el diseño del arquitecto Bustillo, y con la comodidad que proveen una vivienda principal, secundada por una casa para el mayordomo, otras para el personal, tres galpones, tres silos aéreos para forraje con capacidad para un millón de kilos y seis silos más para cereales. Diseminados en el campo hay, además, cinco puestos y la cabaña de cría que desde 1937 se mantiene en un sitial de prestigio.

Otro de los campos emblemáticos de la región es La Luisina, que en sus 1.100 hectáreas alberga un casco de 107 años de antigüedad que fue remodelado hace cuatro décadas. Alrededor de la casa de estilo inglés que se reconstruyó en 1965 hay cinco hectáreas de parque iluminado, poblado con diferentes especies arbóreas y animales domésticos que invitan al relax permanente. Apenas seis habitaciones para 12 personas aseguran la paz del lugar, mientras que el spa con piscina cubierta, el sauna, jacuzzi, ducha escocesa y el servicio de masajista profesional (a pedido) garantizan que el cuerpo sea tratado de la mejor manera. Por supuesto, las cabalgatas, las salidas en mountain bike, o las caminatas con avistaje de aves están a la orden del día.

Alrededor del golf
Nuevamente el apellido Meyer aparece en una tarea fundacional, esta vez junto al nombre de Diego, pionero que tomó 35 hectáreas de la estancia El Retiro para convertirlas en un campo de golf que todavía hoy sigue entre los más entretenidos y desafiantes para los jugadores de cualquier nivel.

Al principio, con al ayuda del Ingeniero Edgard Graham del Ferrocarril del Sud y de Pedro Churio, se realizó un trazado de nueve hoyos que aprovechaba las dificultades planteadas por el arroyo San Bernardo para el diseño. De esto hace más de 70 años, en los que los links se ampliaron y el Club de Golf de Sierra de la Ventana también, hasta convertirse en dueño del campo y motor de la actividad deportiva local.

Claro que alrededor del course fueron creciendo también emprendimientos conexos, como las cabañas y aparts que proveen alojamiento a los jugadores. Uno de los más destacados es el Balcón del Golf, que como su nombre sugiere está próximo a las canchas y casi sobre el río Sauce Grande. La piscina climatizada cubierta, el gimnasio, el sauna húmedo y sala de masajes son apenas complementos para matizar las jornadas entre greens y fairways. Detalles de confort como el hogar a leña en las cabañas y todos los extras incluidos en la tarifa, hacen que la opción se torne irresistible. También existen otras alternativas muy cercanas como las Cabañas del Golf, que combinan la calidez de la madera en los interiores con la belleza de un parque arbolado cercano al Club House del golf. Finalmente, un poco más alejadas y en el centro de la ciudad, el complejo de cabañas Del Pehuén también brinda un espacio confortable, amplio y presentado con buen gusto para alojarse y partir desde allí a cada rumbo de los rincones de la comarca turística que incluye a Villa Arcadia, Saldungaray, Villa Ventana y el Abra de la Ventana.

Nuevas alternativas
Entre las novedades de los últimos años, hay que incluir algunos alojamientos que han sabido traer a estas tierras elevadas lo mejor de otros destinos.

Así, lugares como la Posada Agua Pampas, ubicada en Villa Ventana, ofrece 17 habitaciones singles, dobles, triples y suites, concebidas todas para el descanso y el relax. Cada detalle apunta a mejorar la estadía. Como ocurre con el desayuno campestre o las artesanales y, vale decir, inusuales bañeras y bachas hechas de troncos. La piscina exterior, la pileta interior con jacuzzi, las hamacas paraguayas y un amplio parque con costa del arroyo Las Piedras completan un cuadro para el disfrute.

Más alejada de la villa, en dirección a Coronel Suárez, la Casa de Campo Matietxe también reclama su instante de atención. Se trata de un alojamiento pequeño, de sólo tres habitaciones, que seduce desde el parque perfecto que lo rodea, pero también desde la calidez del salón con hogar a leños o la simpatía de los ponys que se ofrecen a los más chiquitos. En definitiva, al igual que en los alojamientos de diverso nivel que pueblan estas sierras, aquí lo que siempre termina por convencer al viajero son esos pequeños detalles que hacen la diferencia.

12 febrero 2008

Margaritas del campo... (Imágenes tomadas por Pablo Damonte)


Tras la agresión humana, la naturaleza se toma revancha. En silencio. Con belleza.

Como la reflejada en estos registros del fotógrafo Pablo Damonte, radicado en Galicia, España.


24 enero 2008

Sumarían 5.000 las hectáreas afectadas por el incendio en Sierra de la Ventana (Imágenes tomadas por Agustín Moreno)


El incendio que durante cuatro días afectó a la zona serrana habría arrasado con 5.000 hectáreas de forestación y pastizales. El dato fue dado a conocer por Daniel Porte, empleado del Parque Provincial Ernesto Tornquist.

En declaraciones al portal informativo Noticias Tornquist, Porte señaló que las 5.000 hectáreas afectadas comprenden a cerros y terrenos llanos.

Por otra parte, un nuevo foco ígneo cobró fuerza ayer a las cuatro de la tarde en cercanías del complejo La Espadaña. Pastos y retamas ardieron y obligaron al avión hidrante –que en ese momento se retiraba del lugar– y al helicóptero enviado por el gobierno provincial a efectuar descargas de agua para terminar con las llamas.

De acuerdo a la misma fuente, la situación fue controlada pasadas las 18.30 horas. Y los destacamentos de bomberos emplazados en el lugar retomaron la guardia de cenizas. Por estas horas, personal de los cuerpos convocados permanece apostado en la banquina de la ruta 76 y a escasa distancia de La Espadaña.

“En tanto, la policía cortó nuevamente el tránsito en el acceso a Villa Ventana y en la Rotonda que va a Sierra de la Ventana debido a que el viento reinante esparcía el humo sobre la ruta”, destaca Noticias Tornquist.

El diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca publica hoy que “esta historia (por el incendio aplacado ayer) hizo recordar a muchos el infernal siniestro del verano de 1987, cuando más de treinta y cinco mil hectáreas de campos y añosas arboledas sucumbieron al paso arrollador del fuego en esa misma región”.

El matutino insiste con la hipótesis de que “el incendio declarado el domingo a la mañana, habría sido intencional”. Y concluye informando que, por prevención, algunas de las aeronaves convocadas para combatir el incendio “quedarían en la zona al menos hasta el próximo fin de semana”.

Las imágenes que grafican este posteo son obra y gentileza del amigo Agustín Moreno. Más testimonios visuales en su portal Quien busca un fin noble encuentra el camino.

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