31 marzo 2009

Tiempos de Alfonsín... (1927-2009)


Me diste la primera explicación de lo que podía ser la democracia. Plena o no, pero siempre con la esperanza de que todos los días podemos hacerla mucho mejor.

De que depende de nosotros.

“Con la democracia se come, se educa, se cura”.

Certezas de que la vida cívica vale la pena.

Me diste la primera idea de lo que son las instituciones.

La sugerencia de que hay que respetarlas.

“Un médico ahí...”.

Me diste una niñez de militares al fin presos. El Nunca Más.

Y mi vieja pegando carteles con tu nombre en Sierra de la Ventana, que apenas sumaba 1.000 habitantes.

Navidades de discursos entre lágrimas y fe en que todos estábamos cambiando la historia.
Aprendiendo.


"No vamos a pagar la deuda con el hambre del pueblo".

Me diste una Semana Santa de casas en orden y gargantas de rodillas. Otra vez.

Antes habíamos saltado en el balcón de la Rosada, atados al piolín del barrilete cósmico.

Me diste las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

El Comité Radical, en mi pueblo. El peludo muerto, colgando de la cola, que peronistas como Dolera y Arregui dejaban en alusión al siempre oculto Yrigoyen.

Alfabetización masiva.

La eliminación de la censura.

Me diste el Plan Austral.

Mi vieja forcejeando con un empleado del supermercado Melín, que cambiaba los precios del azúcar cada un minuto.

Las cajas PAN.

“A vos no te va tan mal, gordito”.

La ley de divorcio.

La máscara de Caputo a la hora del brindis de Fin de Año.

El regreso de científicos, intelectuales y artistas exiliados.

El Plan Primavera.

La compra comunitaria, con mis viejos haciendo colas de madrugada, en pleno invierno, para conseguir polenta.

Me diste La Tablada.

Los apagones por las fisuras en El Chocón. Las velas que me fiaba Medrano...

La capital que no fue, en Viedma. Ahí, tan cerquita de mi Sierra de la Ventana.

Las lágrimas de mi mamá, cuando te fuiste.

El Pacto de Olivos, estrechando la mano del diablo.

Un autógrafo de cuando ya no eras presidente.

Las primeras malas palabras, cuando era un niño. Y te las dedicada como todo el mundo.

El último agradecimiento. Hoy.

Me diste...


3 comentarios:

Roxana B dijo...

Las demostraciones de afecto y reconocimiento a Alfonsín creo que significan la necesidad que tenemos de un cambio en la política argentina.Me animo a pensar que es un reclamo de honestidad y respeto. Tal vez sea la oportunidad de reflexión, de compromiso cívico, de la vuelta al debate político en los lugares que habitamos cotidianamente.
Gracias Alfonsín por defender la democracia

Anónimo dijo...

No tengo niguna tendencia política definida..pero sin embargo por el unico poítico que he tenido un sentimiento de respeto y aun estando en desacuerdo con algunas medidas o discursos he considerarado una persona de principios fue justamente Alfonsín...si bien nací en una epoca difícil el país donde estaban al mando la autoridad militar, y en donde mi jardín de infantes lo pase practicando los simulacros por posibles bombardeos durante la guerra de malvinas..si pude vivir aunque sin entender muy bien porque esa alegría manifiesta en las elecciones del 83 en donde por primera vez notaba que habia un espiríritu de esperanza, y mirando en casa en el tv blanco y negro conoci por primera vez a ese hombre con bigotitos que decia que se venia una epoca de reconstrucción y con emoción escuchaba por primera vez el preambulo de la contitución argentina con un sentimiento tan profundo de patriotismo que es el día de hoy que esa imagen es la que recuerdo del ex presidente...la de un hombre que venia a hacer cosas buenas...y lo mas importante que con mis contados años..le creí...y ahora a pesar de todo lo que paso...se que nos cumplio.....
Elizabeth (laseren2004@hotmail.com)

Ro.- dijo...

Excelente retrato, muestra lo bueno y lo malo, humaniza a aquella persona. Simplemente excelente.

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