09 octubre 2006

Reflexiones de un hijo (Por Alan Ugarnes)

Yo quisiera compartir con todos los lectores, ese sentimiento que llevamos dentro y que siempre lo llevaremos hacia este lugar que nos vio crecer y nos brindó todo lo necesario para que hoy seamos lo que somos.

Sierra de la Ventana es lo más cercano al paraíso, para aquellas personas que disfrutan de la paz y la tranquilidad que en este sitio es moneda corriente.

Ya no es aquel pequeño pueblo en el cual salíamos salir con mis amigos a pescar, jugar al fútbol, o simplemente recorrer los lugares mas recónditos, en busca de nuevas aventuras, ajenos a todo lo que pasa en las grandes ciudades, sabiendo que nada nos podía ocurrir. El tiempo que todo lo cambia, fue haciendo de las suyas, y fue modificando su fisonomía, hasta convertirse en lo que es hoy en día.

Se podrán cambiar muchas cosas en él, pero los valores que ahí aprendimos y las historias que vivimos siempre quedaran grabadas en lo más profundo de los corazones de todos los que nos sentimos parte de el, de todos los que de una u otra manera fuimos aportando nuestro grano de arena, para lograr que siga siendo ese paraíso y que las nuevas generaciones puedan disfrutar de todo lo que este maravilloso lugar nos brinda a diario.

Espero que en un futuro no muy lejano yo también pueda volver a Sierra de la Ventana, porque sería volver a mis raíces. Y espero que todos aquellos que no tuvieron la suerte todavía de conocer este precioso lugar lo hagan, esa es la única forma de entender lo que estoy diciendo. Les dejo mis saludos a todos aquellos habitantes que lean esto y que me conozcan y no me extrañen que pronto los veré de nuevo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dejá de romper el pantalón de gimnasia en la rodilla de tanto jugar al fútbol!!!

Ojón, todavía te veo "pateando" con el yiye en la canchita atrás de la colonia de vacaciones...

Un abrazo...

Tu Hermano Mayor.

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